En defensa de la otra minería de Arequipa

Gracias a la invitación que me hicieron los gremios que agrupan a los mineros artesanales de minas Eugenia, ubicada en Urasqui, provincia de Camana, para explicar los alcances de las recientes normas legales aprobadas por el Poder Ejecutivo, tuve la oportunidad de estar en contacto directo con la problemática de la minería artesanal de éste sector. A veces influenciados por la prensa mediática tenemos visiones distorsionadas de la realidad. Siento que me he quitado una venda de los ojos, porque ahora tengo otra forma de ver y pensar sobre la minería artesanal, que va más allá de paradigmas legales y formales.

Sobre las recientes normas legales aprobadas el Decreto Legislativo Nº 1103, que establece medidas de control y fiscalización en la distribución, transporte y comercialización de insumos químicos que puedan ser utilizados en la minería ilegal; el Decreto Legislativo N° 1102, que incorpora al Código Penal los delitos de minería ilegal; el Decreto Legislativo N° 1101, que establece medidas para el fortalecimiento de la fiscalización ambiental como mecanismo de lucha contra la minería ilegal; el Decreto Legislativo N° 1100, que regula la interdicción de la minería ilegal en toda la República y se establecen medidas complementarias.

Las labores de explotación minera comprende la extracción de los minerales contenidos en un yacimiento, que en este caso es subterránea (perforación, voladura, acarreo y transporte fuera de la mina). La siguiente etapa es el beneficio, que consiste en extraer o concentrar la parte valiosa del mineral mediante un conjunto de procesos físicos y químicos. Finalmente tenemos la comercialización, que consiste en la venta del mineral, esta actividad es libre, para realizarla no se requiere del otorgamiento de una concesión.

La minería artesanal en Arequipa, es una fuente muy importante de empleo, se calcula que son aproximadamente sesenta mil mineros artesanales, informales e ilegales que se dedican a la explotación del oro, la que se desarrolla en lugares donde no son adecuadas para operaciones mecanizadas, trabajan con bajos costos, utilizando equipos y materiales generalmente de manufactura nacional. Sin embargo este tipo de minera artesanal, tiene algunos efectos negativos sobre el medio ambiente, por el alto grado de contaminación detectada en esta actividad, especialmente por el uso del mercurio.

Para la obtención del oro, el mercurio es indispensable para el trabajo del minero artesanal, pero ante un inadecuado manejo se convierte en un peligro letal. El vapor que se produce durante el refogado, entra por las vías respiratorias y de ahí a la sangre, llegando hacia los riñones e hígado, donde se acumulan, también llega al cerebro produciendo daños irreversibles como la pérdida de la visión y la memoria, temblor en las manos, insomnio, infecciones urinarias. El mercurio no mata inmediatamente, genera un envenenamiento gradual, crónico e irreversible.

En minas Eugenia y alrededores existen más de dos mil mineros artesanales, donde la gran mayoría son jóvenes dedicados a la explotación aurífera, quienes tienen celebrados desde hace años, contratos privados de plazo indefinido de “Cesión Minera” con el titular de la concesión, éste a cambio percibe un monto que oscila entre el 6 al 10 % de regalías sobre el valor de la producción obtenida por cada productor en forma individual, es decir el titular de la concesión percibe este monto cómodamente haciendo trabajar a terceros y sin asumir responsabilidades legales, tributarias, sociales y ambientales. En algunos casos el mismo titular de la concesión o personas vinculadas a este, les compran el oro obtenido a precios menores al mercado, les venden insumos químicos, herramientas y explosivos. Negocio redondo.

Cerca del 85 % de estos mineros artesanales o informales, tienen casa en la ciudad de Arequipa, donde viven sus familias, se educan sus hijos, especialmente en colegios y universidades privadas. Le dan un importante dinamismo a la economía local, porque todo lo que ganan, lo invierten y lo gastan en la ciudad de Arequipa. Ellos no remiten utilidades al extranjero.

La formalización de la actividad minera, es el proceso que permite desarrollar cualquier actividad económica dentro del marco de la ley, que en el caso de la actividad de la pequeña minería y de la minería artesanal, se busca que los titulares de esta actividad cuenten con un derecho minero que respalde sus actividades, para así desarrollar sus actividades mineras en forma seguras, y en condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo de las mismas, cuidando el medio ambiente para el desarrollo de una minería sostenible.

Las medidas dictadas por el actual gobierno no solo tienen que darse en la interdicción o penalización de ésta actividad, no se puede generalizar la problemática de la minería de Madre de Dios, con la de la región Arequipa, son situaciones y realidades totalmente diferentes. Se requiere una visión holística, sistémica y diferenciadas de la minería artesanal, pequeña informal e ilegal, dedicada a la explotación aurífera. El primer paso podría ser el sincerar el otorgamiento de las concesiones mineras por parte del Estado. La “concesión debe ser para quien la trabaja o explota”, solo así el productor estaría obligado a contar los instrumentos legales para la operación minera de manera formal y segura. Hay que perseguir legalmente a los intermediarios inescrupulosos, quienes se llevan gran parte de las ganancias obtenidas de forma ilícita. El Estado debe asumir su rol para dotar de los servicios básicos necesarios a los nuevos centros poblados que van apareciendo en los alrededores de las nuevas operaciones mineras. Necesitamos mayor pro actividad, iniciativa y liderazgo de los Gobiernos Regionales. Basta de tanta mediocridad.